martes, 13 de marzo de 2012

EXPEDICIÓN EN LA PALMA

La operación La Palma va viento en popa a toda vela. Todo comenzó a las 05:00 de la mañana del domingo, con el conocido humor matinal de Darzee y Akela y sin tomar un triste café nos dirigimos al aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria. No conseguimos tomar un café hasta las 10 de la mañana. No les digo más, ¡imaginen el el transcurso de la mañana! Pero es peor aún, no conseguimos tomar un café con sabor a café hasta la mañana del lunes… pero a eso ya llegaremos.

Llegamos a la conocida Isla Bonita, llaves del coche en mano
enfrentamos nuestra primera aventura por carretera. Y digo bien, aventura, porque entre las curvas, la señalización y los cruces… AVENTURA. Pero aquí no hay muchas carreteras y llegamos a Barlovento. Nos instalamos en el hotel (segundo café de la mañana, el primero había sido en Santa Cruz de La Palma, sin sabor a café).
Y… ¡a ver la zona de campamento! Mola, mola. La gente maja, maja. Nosotras, sin café. Un almuerzo, de ternera decían que era (nosotras lo dudamos), y otro mal café después, visitamos el lugar, hablamos con el guarda y le preguntamos todas nuestras dudas. Diseñamos un poco cómo ubicar nuestro campa….
Como aún queda luz natural nos aventuramos a visitar uno de los posibles lugares de salida de grupo. Corroboramos que las cosas bajo un cielo encapotado gris pierden belleza.

Regresamos al hotel y tras una cena en horario inglés nos acostamos a dormir porque ni mente ni cuerpo daban para más.
El lunes comienza un nuevo día tras el desayuno (más café malo) bajamos al Ayuntamiento de Barlovento y enterradas en papeleo nos vimos hasta las 12.00 que Akela abandonó a Darzee entre papeles en el Ayuntamiento y se fue a la oficina de turismo a buscar los mapas para los pateos.
Con cara de estrés gubernamental Darzee y cara de ilusión ante los posibles pateos Akela, nos encontramos en la calle principal del pueblo y decidimos tomarnos un café. Casi nos arrodillamos ante la camarera alemana que nos los hizo cuando en apariencia eran cafés, pero después llegó el momento de probarlos y… ¡sabían a café! Ya saben donde hemos parado a tomar café todas las mañanas. El bar de Miguel, coleguita del que oirán hablar más…
Ahora que si el panadero, el carnicero, el del súper, el del “centro de salud”… Ya somos conocidas en Barlovento. Claro, no ven todos los días a un lobo junto a un pájaro tejedor. Esas cosas impactan.
Ahora a Los Sauces y de nuevo… que si el panadero, el carnicero, el del súper, el del “centro de salud”… y de repente nos encontramos ante ¡NUESTRO SUPER! Ese sí que mola, mola.
Ya que estamos entre papeles, seguimos y tiramos para La Caldera. Tenemos que parar a mitad de camino a comer algo porque si no Akela se comía el volante y Darzee el brazo de Akela. Llegamos por fin curva tras curva al centro de
visitantes de La Caldera. Entre papeles otra vez con un éxito que podríamos decir que fue relativo. Tras la gestión nos metemos en La Caldera y pateamos un poquito. Darzee se dedicó a perseguir cuervos mientras Akela huía de ellos.
Visitamos otra opción de lugar de salida de grupo. E insistimos, las cosas bajo un cielo encapotado gris pierden belleza.
Y un día más se acaba con el sol
y curvas y más curvas y más curvas nos llevan hasta el hotel. Un baño y a la cama después de cenar un sándwich que el cuerpo no da para más.
Otra mañana se abre, esta ilusiona más porque ya sabemos donde
tomar café. Pero antes, hay que volver al Ayuntamiento. Burocracia, burocracia.
Al coche de nuevo y a la zona de campamento, operación
nevera, ahí va… Al coche para variar y a la carretera LP 109. Sólo puedo decir al respecto: 15 kilómetros de carretera ESPECTACULAR.
Llegamos al Roque de los Muchachos, eso ya no tiene nombre. ¡Esta isla hay que coronarla! A entrenar, a entrenar, a entrenar que en esta isla patear es increíble. Cansado pero gratificante como pocas cosas.
Akela asfixiaita de vuelta al coche, camino del Pico de La Cruz (esto es una rencilla personal) y ante nosotras… ¡NIEVE! Neveros en la cara norte de la


montaña. Imagínense la cara de niñas chicas, paramos el coche ¿adivinan donde? ¡PREMIO! En una curva.
Es ya la hora de comer y decidimos parar en el primer bar de carretera que encontremos, 30 kilómetros después las curvas eran cada vez más largas y seguía sin aparecer un bar. Por fin llegamos a un lugar en el que nos sirvieron, digamos, algo de comer; eran ya las 4 de la tarde. Decidimos parar en el primer bar que viésemos a las 14.15 horas.
De vuelta a Barlovento tras la comida a por un café del bar de Miguel y a continuar con la operación nevera que… ahí va.
Con las espaldas rotas y las caras hasta el piso llegamos a “casa”. Un baño y a sentarse delante de los mapas (cosa que tiene a Darzee hablando sola en esta isla) a cerrar las propuestas de rutas de unidad después de lo visto hoy.
En ello seguimos curvas tras curvas Akela está tirada en la cama con dos mapas de la isla el horario de guaguas públicas, su libreta y su boli de vieja loba y yo mientras tanto les cuento y enseño un poco nuestro corto, bello y sobretodo cansado viaje.
Mañana a casa.
Ya les enseñaremos cositas que lo llevamos casi todo cerradito, cerradito.
PD: Las fotos que les pongo son las únicas que hemos sacado en las que salimos, triste pero cierto.

4 comentarios:

  1. Ahora entiendo lo del Tic en el ojo..con tanto café malo...

    ¡Genial compis! Gran trabajo ;-)

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  2. Gracias a la "Expecidión", jejejej. Gran curro. Los pibes disfrutaran seguro de este campa

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  3. Sólo puedo decir que a parte de lo INCREIBLE, y BONITA que es la Isla; que voy a ampliar el presupuesto para las BIODRAMINAS, que las carreteras marean más que el barco; jijijijijijiiji

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